Cuando me siento frustrada, con
impotencia, agobiada, cuando necesito despejarme o solamente la necesidad de
estar allí, cojo los cascos y el iPod y me voy a la playa. Lo primero que hago
al llegar es sentarme en mi roca (siempre en la misma) y me pongo la música a
la vez que observo toda la Bahía de Cádiz, Puerto Real, Cádiz y Rota.
Una vez que desconecto del todo, me meto
en mi mundo. Allí nada me presiona ni me agobia. Lo único que siento es paz y
tranquilidad al observar las olas, las gaviotas, la gente caminar... Suelo ir
en inverno porque en esas fechas solo hay gente paseando por la playa, lo cual
me hace relajarme más aun.
Esta situación me ayuda a reflexionar
sobre mis problemas, qué debo hacer y qué he hecho mal. Allí nadie me encuentra
aunque los que me conocen muy bien, no dudan donde estoy ya que siempre que
tengo un problema o tengo que huir de algo voy allí. En momentos en los que
amigos muy íntimos míos necesitan ayuda porque están pasando situaciones muy
complicadas los llevo allí para que se relajen e intenten comprender lo que ese
lugar significa para mi y la tranquilidad que puede llegar a trasmitir.
Para mi, la sensación que experimento al
estar allí es inexplicable y pienso que con palabras no lo podría expresar.
Has encontrado un lugar para pensar,para estar contigo misma en aquellos momentos que lo necesitas,te evades,te abstraes...
ResponderEliminarYo también tengo mi pequeño lugar,por eso te entiendo y todos deberiamos tenerlo.
Allí pensamos en el pasado,el presente y lo más importante,nuestro futuro.
En definitiva en nuestro lugar nos encontramos bien.
Laura Marchante 1ºBach B